martes, 26 de octubre de 2010

Mariano y el Sindicalismo

Es lógico que ante hechos de violencia como la muerte de Mariano Ferreyra, se generen situaciones de desencuentro. Sin embargo, es imperante que situaciones como estas nos llamen a la reflexión a todos por igual, independientemente de nuestro partido o ideología. Es por esto que solicitamos que las líneas que aquí se presentan sean leídas hasta el final, más allá de las diferencias que algún lector pueda presentar.

En primer lugar, repudiamos los hechos de violencia que han tenido lugar el pasado miércoles, y destacamos que esta no es una mera frase declarativa que se desprende de las consecuencias del asesinato. No hablamos porque haya habido un muerto, ni hablamos porque sea políticamente correcto. Hablamos como militantes, porque es imprescindible dejar en claro que el modelo de país que apoyamos no contempla el asesinato, la mafia, ni la burocracia sindical enquistada por los agentes del modelo económico neoliberal. Estamos en presencia de muchos cambios que se han venido sucediendo gracias a una voluntad política del gobierno de Cristina Fernández, y Néstor Kirchner previamente, en favor de los derechos humanos, de la organización sindical y estudiantil, del debate de ideas, de la participación popular.

Pensamos que los compañeros que sufrieron la pérdida de un militante (y en ello reside compartir el dolor) se equivocan al entrar en la lógica mediática. Nosostros por eso estamos convencidos de que es necesario dar la lucha por el sentido, estamos hablando de volver a tomar la palabra, para resignificarla. Y de la mano de esto, sabemos que hay que recuperar los espacios que tantos años de neoliberalismo han encadenado a los pies del mercado. Hablamos del sindicalismo, que es un arma que debe servir al campo popular. Debe funcionar como columna troncal de la organización obrera, para organizar a los compañeros en una lucha continua y eficaz.

Entendemos el dolor de los compañeros, así como la respuesta política a la situación que es la mejor forma de reivindicar a un militante.

Pero debemos decir una vez más que este proceso de cambio al que asisitimos, solo se da una vez cada décadas y está en nuestras manos su continuidad. La disputa es dentro y fuera del kirchnerismo, al igual que en el movimiento obrero. El acto de River muestra una foto sin la peor expresión de esa “burocracia sindical” de la que se habla ligeramente en un intento de golpe de efecto que nos recuerda a realidades pasadas. La CGT discutiendo ganancias no es la CGT de los 90, no es la “burocracia sindical” por más que algunos de sus exponentes no nos gusten.

Duele ver a los compañeros que dicen levantar la bandera de los trabajadores, hablar el lenguaje de los multimedios. ¿Que más fácil que hablar de burocracia sindical, de patotas y del autoritarismo de los K en TN?

Nosotros bien sabemos que ni Néstor en su momento, ni Cristina ahora, han ordenado la represión de la protesta social y mucho menos un asesinato por la espalda. Podrán poner excusas los partidos de izquierda extraterrestres, pero lo cierto es que nadie capaz de analizar los reclamos sociales de los últimos tiempos puede hablar de represión, sin ser consciente de que su palabra está tergiversando la realidad para obtener un rédito político (al mejor estilo Clarín). La derecha aquí se expresa indignada, pero tiene un objetivo político claro: su intención no es ni cerca reformar la organización sindical, sino destruirla. La crítica viene de la mano de la lucha por el sentido de la que hablábamos previamente. Se intenta instalar en el imaginario social una imagen negativa de dicha organización sindical, de lo que representa un dirigente gremial, y de la lucha en sí: “son todos negros”, “son mafiosos”, “protestan porque no quieren trabajar”, “actúan bajo las órdenes del gobierno como fuerza de choque”. Todos estos prejuicios alimentan las mentes una vez que han sido vaciadas por TN. Y este trabajo de desprestigio se inicia justo cuando los sindicatos reclaman en favor de los trabajadores, con medidas como la que impulsa Moyano por ejemplo, para que estos puedan participar de las ganancias que los empresarios obtienen gracias a ellos.

En este contexto es que las críticas que realiza la “izquierda” argentina, que reparte a diestra y siniestra poniendo como enemigo último al Gobierno Nacional mientras almuerza con Mirtha Legrand, y sin un análisis profundo del escenario, en que estamos disputando dos modelos antagónicos de país, resultan claramente funcionales a los intereses concentrados. Sí, funcionales, porque lo son.

Un ejemplo claro es la división de la CGT que recibe el tratamiento de “interna de la CGT”. Cuando saben perfectamente que los gordos y entre ellos Pedraza, responden al conservadurismo de derecha, al modelo destartalado neoliberal, y no al modelo kirchnerista como hoy responde la CGT de Moyano y la Corriente Sindical creada para la disputa política por parte de los trabajadores.

Hablan de “interna de la CGT” para minimizar la gran interna a la que hoy asiste el país, con dos modelos antagónicos. De un lado lo rancio de la política (Peronismo Federal, AcyS, CC, PS etc), su pata obrera expresada en la CGT Azul y Blanca de Barrionuevo y Pedraza y en la CTA con De Gennaro; por otro lado nuestro modelo inclusivo, que va desde Nestor Kirchner y Cristina Fernández hasta Hugo Yasky y Milagro Sala, pasando por una CGT conducida por Moyano, que llena un River de trabajadores. Sí trabajadores. Son esos a los que la “izquierda” caracteriza de aluvión zoologico o militantes de choripán según corren los tiempos, porque nunca los tuvo cerca.

Por eso, entendiendo la gravedad de lo sucedido, y manteniendo nuestro compromiso a favor de la clase trabajadora y de todo el Pueblo argentino, y sin dejar de manifestarnos en contra de la burocracia sindical que se ha impuesto gracias al neoliberalismo por y en favor de las clases dominantes, nosotros expresamos nuestro apoyo a los cambios que se vienen gestando desde el Gobierno Nacional en favor de la lucha y la organización social y sindical, entendiendo a estos como el único camino (que debemos seguir transitando) que hará posible una definitiva transformación de nuestro país. Acabando con la degradación que nos ha impuesto el modelo económico neoliberal, luchando desde todos los sectores que defendemos el modelo.

miércoles, 20 de octubre de 2010

La Palabra del Pueblo

En primer lugar, queremos felicitar la iniciativa de nuestra Presidenta Cristina Fernández, de enviar un proyecto al Congreso de la Nación, para que declare de interés público la producción del papel. No sólo porque los medios de comunicación deben tener la libertad de informar, sino porque también los ciudadanos debemos tener la libertd de informarnos. Las comunicaciones y el manejo de la información son fundamentales, porque permiten generar y formar opinión en las personas sobre todos los acontecimientos de los que no son directamente actores o testigos, y fijan la agenda de los debates. Como ya lo supo expresar Chávez, los medios de comunicación deben ser una herramienta de transformación que los movimientos populares no debemos dejar en manos de quienes lucran con ellos, y gracias a ellos, en contra de los intereses del Pueblo. Y en este sentido ha avanzado nuestra Presidenta.
Ejemplos miles, en todo el mundo y toda la historia, dan cuenta de la importancia de la palabra y de la información. Y la derecha nunca la dejó en manos del Pueblo. En la Inquisición se implementó la quema de libros de una manera vulgar y masiva, para imponer una hegemónica cultura, de la misma manera que todos los gobiernos dictatoriales implementaron la censura con el mismo fin.
Personajes como Foucault han escrito grandes obras acerca de la importancia de las palabras y su significado como parte de la cultura de un pueblo; gestan su identidad. Los significados impregnan de una cierta idea y connotación postiva o negativa a determinadas palabras, de manera tal que la lucha por el poder, siempre ha incluido como uno de sus ejes, la lucha por el significado. Los sectores dominantes pueden dominar al Pueblo, si manejan su palabra. Como dijo John William Cooke: “En un país colonial las oligarquías son las dueñas de los diccionarios.”
Los sectores oligárquicos nos han permitido usar ciertas palabras, y nos han vedado otras, y han llenado de significados hegemónicos y funcionales a aquellas que alguna vez significaron algo profundo y peligroso para el mantenimiento del status quo. Durante años no se pudo pronunciar el nombre el nombre del Gral. Perón, o cantar la Marcha Peronista, con la clara intención de vaciarlos de contenido. Palabras inconvenientes para los sectores de poder pasaron a ser descalificatorias, negativas, sinónimos de desorden: revolución, subversión, zurdo. De hecho, la palabra peronista, es un término que ha sido viciado a lo largo de los años, y hoy en día sigue siendo objeto de una lucha constante que se da con el objetivo de resignificarlo.
Las palabras tienen una importancia trascendental, y es necesario que el Pueblo les dé vida. Ya lo hizo Evita, cuando tomó el término "descamisados", lo expropió de las clases dominantes y se lo devolvió al Pueblo con un valor nuevo y propio de las masas que se apropiaban de él. Lo hizo Cooke, cuando se refirió al "hecho maldito", y lo hacemos ahora, cuando podemos hablar de los "putos peronistas" o de la "mierda oficialista".
El Pueblo hace su lengua, y construye sus palabras y significados. Y hoy día no sólo está recuperando las calles, si no también, y justamente, la palabra. Estamos, los argentinos y argentinas, debatiendo conceptos, ideas, proyectos. Estamos definiendo nuestro futuro, y reconstruyendo nuestro pasado. Y en esta pelea cuerpo a cuerpo, no hay lugar para silencios. Las movilizaciones en defensa de la nueva Ley de Radiodifusión han puesto en evidencia la dimensión que ha tomado este tema en la sociedad, y han hecho evidente que tras tantos años de censura, la gente quiere salir nuevamente a expresarse.
Muchos han salido a decir que las últimas decisiones tomadas por la Presidenta Cristina Fernández, son autoritarias, y que tienen el interés de monopolizar los medios de comunicación. Pero el hecho de debatir si es o no democrático el manejo actual de la empresa Papel Prensa, o la misma investigación de éste, y también su traspaso de dueños en los años de la dictadura, es ya de por sí democrático. Y si se puede desarrollar ahora, es gracias a los canales que abre este Gobierno Nacional, para que llegue a la opinión pública la discusión de muchos temas que hasta ahora se mantenían cerrados.
El Gobierno de Cristina Fernández, y de Néstor antes, ha no sólo respaldado sino además promovido que el Pueblo crezca y se retroalimente con sus propias prácticas culturales. Que recupere la cultura de "industria nacional y popular" que vuelva a ser autora de su historia, y artista de su cultura.
La prensa, el Papel Prensa, vuelve a estar hoy en manos del Pueblo.
¡Vamos Néstor! ¡Vamos Cristina