miércoles, 20 de octubre de 2010

La Palabra del Pueblo

En primer lugar, queremos felicitar la iniciativa de nuestra Presidenta Cristina Fernández, de enviar un proyecto al Congreso de la Nación, para que declare de interés público la producción del papel. No sólo porque los medios de comunicación deben tener la libertad de informar, sino porque también los ciudadanos debemos tener la libertd de informarnos. Las comunicaciones y el manejo de la información son fundamentales, porque permiten generar y formar opinión en las personas sobre todos los acontecimientos de los que no son directamente actores o testigos, y fijan la agenda de los debates. Como ya lo supo expresar Chávez, los medios de comunicación deben ser una herramienta de transformación que los movimientos populares no debemos dejar en manos de quienes lucran con ellos, y gracias a ellos, en contra de los intereses del Pueblo. Y en este sentido ha avanzado nuestra Presidenta.
Ejemplos miles, en todo el mundo y toda la historia, dan cuenta de la importancia de la palabra y de la información. Y la derecha nunca la dejó en manos del Pueblo. En la Inquisición se implementó la quema de libros de una manera vulgar y masiva, para imponer una hegemónica cultura, de la misma manera que todos los gobiernos dictatoriales implementaron la censura con el mismo fin.
Personajes como Foucault han escrito grandes obras acerca de la importancia de las palabras y su significado como parte de la cultura de un pueblo; gestan su identidad. Los significados impregnan de una cierta idea y connotación postiva o negativa a determinadas palabras, de manera tal que la lucha por el poder, siempre ha incluido como uno de sus ejes, la lucha por el significado. Los sectores dominantes pueden dominar al Pueblo, si manejan su palabra. Como dijo John William Cooke: “En un país colonial las oligarquías son las dueñas de los diccionarios.”
Los sectores oligárquicos nos han permitido usar ciertas palabras, y nos han vedado otras, y han llenado de significados hegemónicos y funcionales a aquellas que alguna vez significaron algo profundo y peligroso para el mantenimiento del status quo. Durante años no se pudo pronunciar el nombre el nombre del Gral. Perón, o cantar la Marcha Peronista, con la clara intención de vaciarlos de contenido. Palabras inconvenientes para los sectores de poder pasaron a ser descalificatorias, negativas, sinónimos de desorden: revolución, subversión, zurdo. De hecho, la palabra peronista, es un término que ha sido viciado a lo largo de los años, y hoy en día sigue siendo objeto de una lucha constante que se da con el objetivo de resignificarlo.
Las palabras tienen una importancia trascendental, y es necesario que el Pueblo les dé vida. Ya lo hizo Evita, cuando tomó el término "descamisados", lo expropió de las clases dominantes y se lo devolvió al Pueblo con un valor nuevo y propio de las masas que se apropiaban de él. Lo hizo Cooke, cuando se refirió al "hecho maldito", y lo hacemos ahora, cuando podemos hablar de los "putos peronistas" o de la "mierda oficialista".
El Pueblo hace su lengua, y construye sus palabras y significados. Y hoy día no sólo está recuperando las calles, si no también, y justamente, la palabra. Estamos, los argentinos y argentinas, debatiendo conceptos, ideas, proyectos. Estamos definiendo nuestro futuro, y reconstruyendo nuestro pasado. Y en esta pelea cuerpo a cuerpo, no hay lugar para silencios. Las movilizaciones en defensa de la nueva Ley de Radiodifusión han puesto en evidencia la dimensión que ha tomado este tema en la sociedad, y han hecho evidente que tras tantos años de censura, la gente quiere salir nuevamente a expresarse.
Muchos han salido a decir que las últimas decisiones tomadas por la Presidenta Cristina Fernández, son autoritarias, y que tienen el interés de monopolizar los medios de comunicación. Pero el hecho de debatir si es o no democrático el manejo actual de la empresa Papel Prensa, o la misma investigación de éste, y también su traspaso de dueños en los años de la dictadura, es ya de por sí democrático. Y si se puede desarrollar ahora, es gracias a los canales que abre este Gobierno Nacional, para que llegue a la opinión pública la discusión de muchos temas que hasta ahora se mantenían cerrados.
El Gobierno de Cristina Fernández, y de Néstor antes, ha no sólo respaldado sino además promovido que el Pueblo crezca y se retroalimente con sus propias prácticas culturales. Que recupere la cultura de "industria nacional y popular" que vuelva a ser autora de su historia, y artista de su cultura.
La prensa, el Papel Prensa, vuelve a estar hoy en manos del Pueblo.
¡Vamos Néstor! ¡Vamos Cristina

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