lunes, 2 de agosto de 2010

Los dueños del campo no son "El Campo"

Biolcati demostró una vez más que es un gran patriota. Un patriota de la Soja y de la renta extraordinaria. Un defensor inclaudicable del bolsillo de los argentinos, los argentinos que valen la pena, los argentinos como uno, los del Jockey Club.

Cuesta entender cómo es posible mentir tanto en un discurso. Cómo es tan fácil lavarse las manos, sacarse de encima la responsabilidad que le señala el dedo de la historia. Porque la historia, señor Biolcati, no es la que contó el sábado en los predios de La Rural. El Centenario de la Patria, 1910, vitoreado por este señor y proclamado la época de oro del país, “el momento en el que mejor estábamos” (¿quiénes estábamos mejor?) fue la más acabada expresión de la exclusión social. Fue el racismo en su forma más pura: mientras un puñado de señorones de galera se pavoneaban con sus esposas pintarrajeadas, la masa de trabajadores inmigrantes protestaba y era reprimida cuando no expulsada bajo la Ley de residencia.

Nada dijo el señor Biolcati de la historia de la tierra argentina, de la campaña del desierto en que Roca le decía a su séquito de bestias: “hasta donde puedan ver es suyo”, luego de apilar cadáveres de indígenas. Nada de las especulaciones inmobiliarias de criadores e invernadores de la pampa húmeda y sus relaciones carnales con Inglaterra.

Entonces la historia cercenada que pretendió contar ese señor el sábado, es un insulto. Un insulto a todos los que lucharon porque esa historia que primó durante mucho tiempo, cambiara. Un insulto para los que tenemos muy presente con qué sectores jugó siempre la Sociedad Rural, a qué equipo pertenece. Siempre punta de lanza del imperio de turno, primero inglés, después yanki y ahora del capital financiero sin patria.

Hay que verlo a Biolcati hablar del hambre. Ese hambre por el que ahora el muy hipócrita se rasga las vestiduras. Un hambre que su fortuna no puede ni imaginar, que quizás podría conocer de cerca en los peones rurales que explota en negro. No se priva este señor de invisibilizarlos cuando se presenta como “representante” del “campo”, cuando Biolcati es el representante de la oligarquía argentina, ese puñado de miserables que hambrea a la masa del Campo. Esa oligarquía que quiere que sigamos siendo “el granero del mundo”, condición que siempre aparejó grandes ganancias para los grupos concentrados dueños de la tierra y de sus productos y que nunca la repartieron ni la repartirán.

Es el colmo que Biolcati nos venga hablar de la pobreza. Es el colmo que hayan sobrado los insultos y los adjetivos descalificantes para con el único gobierno en el último período democrático del país que logró la disminución real de la pobreza creando empleo y subiendo salarios y prestaciones sociales. Sería ridículo en realidad si realmente Biolcati y sus secuaces se preocuparan por la gente y la pobreza. Pero la realidad es que despotrican contra este gobierno porque fue el único que se atrevió a meterles un poco la mano en el bolsillo, cuando quedó bien demostrado que la teoría del derrame nunca se cumpliría porque para los ricos, nunca es suficiente su riqueza.

Y lo más indignante, como dijo Aníbal Fernández, son los personajes del establishment político que pusieron sus caras el sábado para que se las escupieran. Y aplaudieron. Porque ahí no sólo estuvieron los personajes esperables como Macri y De Narváez. También estuvo Eduardo Duhalde. El mayor barón del conurbano. Ese que ahora quiere una Argentina de la convivencia, donde podamos respetarnos y porque no, querernos, los que militamos contra las desigualdades sociales y los que adoran a Videla porque haber librado a la Patria de los peligrosos comunistas guerrilleros. Duhalde, principal jugador de aquí al 2011 de la escena política. Porque Duhalde sigue conduciendo desde su oscuridad, desde su propio pasado que también lo condena, una parte del aparato político más grande de este país, sin el cual todavía no se puede gobernar.

Tengamos bien presente de qué lado está Duhalde y cuáles son los intereses que ese lado representa. El sábado, aunque quiso ocultarse con ese discurso mentiroso, estuvo muy claro qué intereses son los de la Sociedad Rural. Los opuestos a la distribución de la riqueza, que tanto trabajo está costando, por tener semejantes monstruos en el campo de juego opositor.

2 comentarios:

  1. vamos a ver que se come en la argentina, carne de vaca o carne de gorila!!

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  2. miren esta nota que salio hoy
    http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-150620-2010-08-03.html

    va muy en sintonia

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