viernes, 30 de julio de 2010

Cumbre social del Mercosur 2010: El rol de la juventud

Los días 24 y 25 de julio de 2010 se realizo en la Isla del cerrito – Chaco – Argentina, la novena cumbre social del Mercosur.

El Consejo Consultivo de la Sociedad Civil (CCSC) de la Cancillería argentina fue el encargado de la organización de la Cumbre Social en el marco de la presidencia semestral argentina.

Nos encontramos allí varias organizaciones sociales, políticas, gremiales y entidades de gobierno. La forma de trabajo consistió en dividirnos en comisiones (género, salud, deporte, comunicación entre otras.) con el fin de discutir sobre distintas temáticas de la actualidad en el marco del proceso de integración latinoamericana.
La comisión de juventud contó con la presencia de más de trescientos jóvenes de distintas agrupaciones y corrientes políticas de los distintos países que integran el Mercosur.

El mismo día de llegada comenzamos con el desarrollo de las comisiones en las cuales se discutió sobre la coyuntura actual en relación a la crisis económica mundial, el rol del estado, economía, salud, educación, comunicación. Estas cuestiones se abordaron a nivel regional y en este sentido se profundizo en el debate acerca del rol de distintos organismos de integración regional como el MERCOSUR, UNASUR, ALBA, entre otros.

Un dato central del encuentro fue el de reconocernos como participes de una cumbre en la cual no solo se discutían todas estas cuestiones sino que a la vez se elaboraron propuestas a poner en practica en pos de la profundización de la integración económica, política, social y cultural latinoamericana entendiendo que hoy en día estos organismos son receptivos a estas propuestas formuladas desde las bases de la sociedad civil y que su horizonte es la integración real de los pueblo del continente.

Esta situación es bien diferente a la de hace una década atrás donde algunos de los organismos mencionados ya tenían existencia y cumplían la función de integración pero de grandes grupos económicos y políticos hegemónicos del poder que nada tenían que ver con las necesidades que atravesaban sus pueblos. En ese sentido estas cumbres se realizaban con el fin de oponerse y de “romper” esas alianzas.

La realidad actual es el opuesto y se vio reflejada en una frase que se escucho mucho durante la cumbre: hoy, muchos de los presidentes de los distintos países de Latinoamérica se parecen a sus pueblos.

En este marco la juventud latinoamericana no es un concepto puro y homogéneo sino más bien algo contradictorio. No podemos dejar de mencionar que fue una parte de la juventud boliviana la que golpeo violentamente con piedras y palos a decenas de collas en la plaza central de Bolivia, fue una parte de la juventud venezolana la que participo del golpe de estado que se hizo contra Chávez en el 2002 y hay buena parte de la juventud latinoamericana de distintos sectores políticos que se opone furiosamente a los procesos de transformación de cada uno de sus países. Esta no es la juventud que queremos ni la que nos debe representar como pueblo en camino de su liberación.

El rol de la juventud es llevar adelante con militancia y alegría el proyecto histórico de la construcción de la patria grande que desde hace unos años nos encuentra transitando esta una nueva oportunidad levantando las banderas de los distintos momentos de lucha por la liberación latinoamericana en los cuales nos identificamos como un solo pueblo unido.

En ese camino estamos la mayoría de los jóvenes latinoamericanos, esta cumbre lo demuestra. Seamos libres, lo demás no importa nada.

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